Por años conversaciones sobre este tema han surgido en mi consultorio y los clientes se acercan a mí y estoy segura que a todos los veterinarios clínicos en pequeñas especies, para pedirnos consejo sobre cuál perro comprar. Comienzan a describir su vida, sus deseos, sus hijos, su interés y por supuesto sus gustos. Muchos tienen ideas románticas de algunas razas, basados en fotos e imágenes que a veces los acompañan desde su infancia, o porque algún amigo tiene un perrito de esa raza y les ha gustado esa raza específica. En muchas ocasiones tenemos que ponerles los pies en la tierra y hablar un poco con ellos para conocer sus hábitos, sus horarios de trabajo, sus costumbres, si hacen ejercicio o no, si tienen hijos y de que edades o sexos son, si les gusta peinar o no, etc.
Todas estas variables y muchas más deben evaluarse antes de tomar la decisión importante para llevar un perrito a casa. Incluso ahora existe una variable que también se está haciendo común, de que lo que le interesa a nuestro cliente es rescatar cachorros o adultos mestizos e incluso de raza definida, abandonados y provenientes de refugios, rescatados directamente de las calles o de una situación de abuso.
Cualquiera que fuera la raza o clase de perro que usted desee adoptar, tiene que tener en cuenta algunos factores:
1- ¿Tengo el tiempo, el espacio y la capacidad económica para asegurarle a este perrito que voy a llevar a vivir conmigo y mi familia, una vida digna, segura y con la adecuada protección no solo de afecto, techo y comida, sino también de darle la correcta protección sanitaria y veterinaria para asegurarle que estará protegido de la mejor manera contra enfermedades infectocontagiosas y parasitarias?
Digo eso porque frecuentemente los veterinarios vemos a personas que adoptan o compran perros y luego no tienen el tiempo, el deseo o la capacidad económica para darles una vida adecuada y bien protegida.
2- ¿Tengo el conocimiento de las necesidades específicas de algunas razas como necesidades de peinado, de ejercicio, tendencia a la obesidad, propensión a ser delicados de la piel, su nivel de capacidad de responder al entrenamiento, su necesidad de atención, que tanto tiempo les dura la infancia, etc.?
Porque eso nos permite saber si esa raza y nuestra vida se pueden acoplar y es una buena idea que tiene posibilidades.
3- Lo nuestro, en realidad es que queremos que sea “hasta que la muerte nos separe” porque los perritos no son descartables y tendrá infancia, hará travesuras y tendremos malas rachas económicas. Pero ¿De verdad lo pensamos ver como alguien de la familia que nos acompañara en “ las buenas y las malas”? Porque no podemos tenerlos y luego deshacernos de ellos o abandonarlos o mandarlos para la finca, no nos podemos olvidar de ellos.
Adoptar un perrito o comprarlo, es una decisión que no se puede tomar a la ligera, debemos estar seguros que queremos que pase y que haremos nuestro mayor y constante esfuerzo por cuidarle, amarle y respetarle toda la vida. Llevar un perrito a casa es también llevar una responsabilidad, pues de nosotros dependerá la calidad de vida que tenga.
MV. Ana Eugenia Vázquez Liévano
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